201.000 alumnos no volverán a las aulas este curso en Granada... ¿Y luego, qué?
Educación Granada
El jueves se reúne el Consejo Escolar Provicial para abordar el calendario del próximo año académico
"¿Cómo se harán clases de 15 alumnos? ¿Será rotatorio? ¿Y las salidas y entradas? ¿Cómo se guardará la distancia de seguridad? ¿Cómo se hará en el recreo?”. Rafael Artacho, director del IES Manjón devuelve una retahíla de preguntas cuando se le inquiere cómo cree que comenzará el próximo curso. Se sabe que en éste los 201.342 matriculados en Granada en las distintas etapas no universitarias (desde primer ciclo de Infantil a Educación de Adultos) no retomarán las clases presenciales y, como el director del IES Padre Manjón de Granada reconoce, no se sabe nada de cómo será el 2020/2021. El consejero de Educación y Deporte, Javier Imbroda, habló de “normalidad”. El presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, secundó esa intención añadiéndole la coletilla de "entre comillas", pero no avanzó en cómo será esa “normalidad”. Moreno dijo ayer que ha pedido al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, una reunión específica para hablar de educación.
Mientras esa reunión se materializa, el próximo jueves se reúne el Consejo Escolar Provincial. El segundo punto del orden del día es “consulta previa al Consejo Escolar para el establecimiento del Calendario Escolar Provincial para el Curso 2020/202”. Una de las medidas que podrían adaptarse es el retraso del inicio de las clases, tal y como ha hecho la Universidad de Granada, que tiene previsto –si es escenario permite la presencialidad– comenzar las clases el 21 de septiembre. La Universidad también trabaja en la posibilidad de no poder volver a las aulas, lo que implicaría otro modelo de calendario.
Hace semanas que el Ministerio de Educación y Formación Profesional, en una resolución publicada en el BOE, instó a las comunidades a prever nuevos periodos de suspensión de clases presenciales a lo largo del 2020/2021. Un aviso de lo que está por venir. “No sabemos qué va a pasar, pero hay que ir pensando”, razona Artacho.
El pasado 14 de marzo, el decreto de estado de alarma hizo que los miles de docentes granadinos tuvieran que apañarse “con lo que tenían más a mano” primero para mantener el contacto con el alumnado, después para evaluar el segundo trimestre truncado por el coronavirus y ya en el tercero incluso para avanzar en los aspectos más importantes del currículo previsto.
Miguel González Dengra, director del IES Mariana Pineda de la capital, reconoce que ve septiembre con “incertidumbre”. Confía en poder regresar “más o menos en condiciones normales”. También apunta a la necesidad de “adoptar medidas ante la posibilidad de ir a la docencia no presencial”, aunque el discurso desde la Consejería sea el de la vuelta a la rutina, aunque haya que extremar las medidas de higiene y cuidar de la distancia social, los dos únicos aspectos mencionados ayer por el presidente de la Junta, que no mencionó en su intervención si se harán obras o cambios en las infraestructuras, aunque negó que se vayan a emplear para el próximo curso más prefabricadas o barracones.
“En la docencia por presencial muchos docentes se han autoformado”, indica González Dengra, que también hace hincapié en que los centros no tienen capacidad para que todos los docentes trabajen de forma simultánea en la red. “Conectarnos todos sería imposible”, indica sobre su centro. “Y si hay un grupo presencial de quince, está el tema de cómo atender a la vez a los que están en su casa”. Por último, apunta a que “todo es dinero y recursos materiales”.
La Asociación de Inspectores de Educación de Andalucía Adide expuso en un escrito dirigido al consejero Imbroda que la “búsqueda de aportaciones” de la comunidad educativa “debería hacerse con tiempo suficiente” para dejar de ser una muletilla protocolaria al tiempo que lamentó “la falta de consenso entre las diferentes comunidades autónomas ante la evaluación del tercer trimestre, así como la escasa consideración al alumnado desfavorecido”. Esas críticas reflejan lo tensa que está la cuerda cuando todavía debe planificarse el curso que viene.
Las familias, por su parte, ven con preocupación la progresiva vuelta a la rutina laboral y el estancamiento del regreso a los centros educativos. Los hay que recurren a la familia, y otros buscan canguro. Crece la oferta de cuidadoras (“Ahora mismo en ERTE por la situación que vivimos, o sea que tengo disponibilidad completa”, se lee en un anuncio publicado en internet) y la demanda de las familias, que incluso plantean compartir canguro, y gastos. “Mientras la mamá teletrabaja estar con mi hijo”, reza otro reclamo.
Otra pata es la de la formación en academias, que podrá retomarse a partir de la fase 2. Ya hay centros que se ofrecen para preparar Selectividad en grupos de “cuatro o cinco” personas, de forma presencial. Este recurso será para el que pueda pagárselo y puede que, quizá, la brecha digital deje paso a otra.
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